En el ámbito de la ingeniería en transporte y logística, la clasificación de la carga es un proceso fundamental para garantizar una gestión eficiente de los transportes y servicios. La correcta clasificación permite optimizar la custodia de cargas y asegurar que los envíos lleguen a su destino de manera segura y oportuna.
La clasificación de la carga en logística se basa en diversos criterios, entre los que destacan la naturaleza de la mercancía, su tamaño, peso, fragilidad y requisitos de almacenamiento y manejo. Estos criterios son esenciales para determinar el tipo de transporte y los servicios necesarios para cada carga.
En primer lugar, la naturaleza de la mercancía es un factor determinante en su clasificación. Se pueden distinguir entre cargas generales, como productos manufacturados, materias primas o alimentos, y cargas especiales, que incluyen mercancías peligrosas, perecederas o de alto valor.
El tamaño y peso de la carga también influyen en su clasificación. Las cargas pueden ser clasificadas como completas, cuando ocupan todo el espacio de un vehículo de transporte, o parciales, cuando comparten espacio con otras mercancías. Además, se pueden distinguir entre cargas pesadas, voluminosas o sobredimensionadas, que requieren equipos y servicios especiales de transporte.
La fragilidad de la carga es otro criterio importante en su clasificación. Las mercancías frágiles, como cristalería, electrónicos u obras de arte, requieren un manejo cuidadoso y servicios de transporte especializados para evitar daños durante el transporte.